miércoles, septiembre 21, 2005

"Ser y ser según instinto, pasión y amor".

Embarcarse en el camino de la vida, es abrir camino inevitable a lo que significa vivir.

Abrir los ojos, despertar, cuando nuestros pulmones respiran por primera vez el aire, el oxigeno, que ellos buscan en forma propia, es deferencia sutil e ingenua de la vida, para así regalarnos destino propio.

Ya marcado el paso de los años en mi vida, he podido observar, escuchar y ratificar la esencia de mi yo de mi instinto, pasión y amor.

Paradójicamente hoy me siento feliz, feliz con mis penas y alegrías. Estoy aprendiendo de mí, el más mágico libro de la vida.

Fue deliciosamente mortificante, delirante mi cuerpo se lleno de euforia, color. Me he sentido; Mi mente se precipito la sangre golpeo en mi pecho sacudiendo mi corazón y mi razón se volvió cómplice tácito, mi mente se expandió y abrió camino a una página de mi vida, de mi yo, por un instante perdí noción del tiempo tropecé conmigo misma. Me reconocí primitiva, carnal abandoné mi mundo enajenado de mis pasiones de mi instinto, me sentí básica, profunda, ligera.

Respirar era delito de libertad insostenible. Las argucias que mi mente proponía eran irrefutables, encajar en el mejor cuento de la existencia humana se tornaba patético, participar de la historia platónica de una sociedad “ perfecta” perdida del meollo real de la existencia humana era sencillamente ilógico .

El desencadenamiento del caos se hacía irremediable y se aproxima parsimoniosamente sin tener yo plena conciencia de ello.

Mi mente iba colando principios de “lucidez platónica”, mal crónico de la humanidad; Para mantener al margen el instinto que habita los recovecos del alma humana. Para restablecer la “armonía” que se desprendía inevitablemente de mi piel y mis huesos......