Por un minuto adoré tu perfil, lo amé. No, miento fue menos, mucho menos, porque mientras lo observaba un conjunto de narraciones internas me hizo olvidarlo.
No me mires más, no me observes, no intercedas mi paso, no intentes levantarme la frente y escudriñar dentro de mis ojos, quieres acaso saber si comeré de tu carne, beberé de tu sangre y enseñare a tu cuerpo a sudar sal y azúcar, pues, si lo haría, tal vez hasta dentro de una probeta te metería, pero no solo para encapsularte o clasificarte, esto es mucho mas simple hermoso y egoísta.
Un bello oxímoron, una metáfora perfecta.
Un segundo eterno en conservación.
Un deseo despreciable que sepulto en las paredes de mi carne.